La historia de la semana santa en Málaga empieza a escribirse luego de la conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos en 1487.Tras su conquista se incluyó en la Corona de Castilla, con ello se produjo la conversión de sus habitantes al catolicismo y la adopción de una serie de costumbres, entre ellas la conformación de cofradías. Estas sociedades con el tiempo desembocaron en la creación de la semana santa en Málaga, que es una de las famosas de España por su espectacularidad.
Después la conquista de los Reyes Católicos fueron fundados una serie de conventos e iglesias en la ciudad, estas a su vez crearon las primeras cofradías dirigidas por las órdenes religiosas. Hacia la primera mitad del siglo XVI Málaga contaba con 5 cofradías, entre ellas; Vera-Cruz, Sangre, Ánimas de Ciegos, Monte Calvario y Soledad.
La historia de la semana santa en Málaga se empezó a tejer después de la contrarreforma de la iglesia del Concilio de Trento. Uno de los cambios que buscaba la fe católica era convertir a la personas a su fe, combatiendo el protestantismo y la herejía, por lo cual se impulsó la creación de tallas religiosas con su respectivo desfile procesional, para crear una seña del catolicismo.
Estas obras escultóricos no solo permitieron consolidar a las hermandades y la escuela de imaginería malagueña, también a la celebración de la semana santa en Málaga que para ese entonces difería bastante de la actual, pues en ella los actuales tronos no existían. templos. Las imágenes salían desde sus templos sobre pequeñas andas cargadas por unos ocho o diez hombres. Estos hacían parte de los cortejos denominados «hermanos de luz» y «hermanos de sangre» o disciplinantes. Estos últimos se azotaban durante todo el recorrido penitencial dando un espectáculo desgarrador que fue prohibido a partir del siglo XVIII. En esa época eran vistos como una tipo religiosidad popular muy exagerada que debía ser reglamentada para guardar la compostura. De los dos cortejos solo pudo sobrevivir los Hermanos de la Luz.
Empezando el siglo XIX, la historia de la semana en Málaga vivió su momento más caótico con la Invasión Napoleónica, en ella, muchos tesoros escultóricos del denominado estilo malagueño fueron saqueados. Esto significó una gran pérdida teniendo en cuenta que el estilo se perdió totalmente con la llegada de nuevos artistas foráneos del siglo XX.
El siglo XX también trajo guerras y un revés económico que afectó la realización de la semana santa en Málaga. Esta, la conmemoración más importante para el catolicismo vivió sus épocas doradas, pero también le esperaba momentos oscuros tras perder su patrimonio religioso por causa de la intolerancia y las desavenencias políticas. Entre ellas la quema de conventos y las Guerra Civil.
Después de la Guerra Civil el orden se empezó a restablecer nuevamente, los ritos religiosos de la semana santa malagueña empezaron a recuperarse de a poco, las joyas escultóricas que pudieron ser salvadas de los saqueos volvieron a procesionar y se encargaron nuevas tallas.
La otra buena noticia fue que gracias a un decreto episcopal que prohibía el montaje de los tronos dentro de los templos, estos pudieron ser ampliados de forma majestuosa en los tinglaos, convirtiéndose en la marca distintiva de la semana santa en Málaga, una fiesta religiosa mundialmente conocida por ser muy variada, que incluye folclore andaluz, suntuosas procesiones, riqueza cofrade y mucho fervor religioso.
El 16 de febrero de 1980 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y está hermanada desde 1979 con la semana santa de la ciudad payanesa en Colombia.