La Parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri es un templo del siglo XVIII de gran tradición cofrade para Málaga. Empezó como una capilla octogonal pequeña construida en la calle Gaona por orden del Conde Buenavista, sus labores de ejecución demoraron unos diez años, pero una vez concluidas empezó a ser muy solicitada por las órdenes religiosas. El conde finalmente guiado por una premonición le concedió la capilla y otros bienes inmuebles a la orden de los filipenses, haciendo efectivo el traspaso en 1739.
La primitiva Parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri era bastante reducida, así que empezó a tomar cuerpo la idea de una ampliación, se tuvo que esperar un tiempo para consolidar la idea porque la muerte sorprendió a sus benefactores, además de los inconvenientes que se presentaron con las licencias.
El proyecto de ampliación empezó a ser una realidad en Málaga, gracias a las limosnas de los fieles y las propiedades que donó el conde a la orden, las obras empezaron en 1771 y se extendieron hasta 1795, en su ejecución intervinieron personalidades de la arquitectura barroca. La iglesia que actualmente se ve es el producto de una restauración que se le hizo en el siglo XXI.
Los más singular de la Parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri son sus dos torres barrocas. El interior del templo presenta dos naves; en la principal se sitúa un baldaquino con el altar, rodeado por lienzos de la nueva escuela malagueña, sobresale también el altar de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. En la otra nave están los cinco altares de las cofradías de semana santa de Málaga que tienen su sede canónica en la iglesia, ellas son; la Orden de Servitas, Archicofradía de la Sangre, Hermandad de la Salutación y Hermandad de la Santa Cruz. La parroquia también alojó temporalmente a otras cofradías mientras les hacían mejoras a sus parroquias.